jueves, 20 de marzo de 2008

Dia Zeta parte II

Quienes no salen a las 6 de la mañana no entienden por qué el camión del gas está detenido en la otra cuadra sin moverse desde hace ya más de quince minutos ¿toma tanto tiempo atender un par de clientes? Cuántos vecinos van a preocuparse por el grito si a nadie le importa lo que la gente haga en la calle, no falta el fin de semana que unos borrachos hagan escándalo. La policía nunca se preocupa. La gente toma bebidas alcohólicas en la vía pública, choca contra postes, rompe botellas, arroja cuetes, escucha sus autoestéreos a todo volumen, tiene a los perros ladrando en la azotea ¿alguien consideraría estos factores un riesgo? No. No en México. Así que a las seis de la mañana que los señores del gas encuentran el primer cadáver nadie se entera. A las seis y cinco que es atacada la señorita que va a su trabajo las autoridades duermen placidamente, no son horas de oficina. A las seis y diez entra corriendo de regreso a su casa un hombre que dejó a media calle su auto encendido, huyendo, ensangrentado le grita a su esposa que cierre la puerta… los niños despiertan con los gritos de su padre.
En el ayuntamiento local llega la primer llamada de auxilio o eso de las seis y veinte, seis y media —nadie está tomando el tiempo, no hay bitácoras, no se graban las llamadas, así que… quién sabe—, el oficial que toma la llamada no entiende bien las palabras de la persona al otro lado de la línea. La señora está bastante alterada, no se explica claramente, de todos modos el individuo, medio dormido, o quizá jugando cartas con su “pareja”, no está tomando notas, no está realmente poniendo atención. Unos minutos después logra tomar una dirección, está alarmado pero no preocupado. Tal vez es de esos individuos que piensan “viejas histéricas” sin embargo dice algo así como “no se preocupe, ahorita mando una unidad a su domicilio”. Localiza por radio a una patrulla, tal vez sea uno de esos policías que andan en motocicleta, 10-4 hay un 20-32 en la calle Venustiano Carranza. Se toman su tiempo, no hay urgencia ¿o sí? Finalmente un 20-32 sólo es un disturbio doméstico “alguna vieja histérica”… en su camino al número 56 de la Carranza buscan a la señora de los tamales. Quién sabe por qué no está, si ya son casi las siete de la mañana. Por cierto, los niños que entran a las prepas y secundarias comienzan a salir a las frías calles.

1 comentario:

Luis Alvaz dijo...

parece que nos has dejado picados... espero la siguiente parte.

El mejor lugar para leer.

El mejor lugar para leer.
Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?