martes, 29 de marzo de 2011

eBooks

Hace más años de los que puedo contar comencé un viaje increíble al mundo de la literatura y desde aquellos ayéres no me he detenido, si bien por momentos el flujo de libros baja o sube dependiendo de factores como el estado de ánimo o bien el tiempo del que dispongo. La lectura es una adicción, el ejercicio de las letras es incansable y una vez que sabes hacerlo no hay marcha atrás.
Hay que saber leer, es mi premisa. Tener la capacidad de descifrar los signos lingüísticos no te da de inmediato una chaqueta de cuero, látigo y un fedora para poder adentrarte a la jungla de las ideas de un autor, requiere de entrenamiento, arduo, constante, disciplinado pero increíblemente placentero, satisfactorio y gratificante. Como cualquier actividad que requiere de tiempo, energía y voluntad es un ejercicio, que debe de realizarse con regularidad para dominarse.
Una vez que tienes la condición para enfrentar los retos de las oraciones y las ideas, descubres mundos ilimitados llenos de conceptos variopintos que no puedes dejar ya de hacer tuyos, encontrando que tienes preferencias por este o aquel estilo, por uno u otro tema y te encontrarás buscando más textos que satisfagan tus necesidades de hambre de letras.
Una de las mejores opciones hoy en día para saciar esta hambre son los aparatos electrónicos que permiten leer libros en formatos digitales. Dicho de manera más sencilla, los eReaders para eBooks, o en español, los lectores electrónicos para libros digitales. El primer formato digital que pudo albergar un libro entero con un peso decente —haciéndolo portátil— fue el pdf de Adobe. Sin embargo hoy el formato más aceptado, mucho más versátil y ligero es el ePub (electronic publication).
Si bien aún tiene sus desventajas, como el hecho de que no soporta comics, es el formato más aceptado para publicaciones libres, es decir, que no está sujeto a un lector específico como los archivos de Kindle, o los del Sony Reader. Imaginen las tarjetas de memoria de sus cámaras, el ePub es el equivalente a la tarjeta SD, mientras que Kodak o Sony manejan sus propias tarjetas de memoria que no son utilizables en otros aparatos limitando su versatilidad enormemente.
La experiencia de leer en un lector electrónico al principio es extraña, quizá hasta difícil. Hay un periodo de adaptación al peso del aparato, aunque que pesa lo mismo que una novela de 300 páginas pero mucho más delgada. Pasas un rato acostumbrándote a ver una pantalla en lugar de la superficie de una hoja de papel y hay un sentimiento definitivamente ajeno al aparato los primeros días. Nuestra mente nos dice constantemente que sostienes en la mano un celular, o una tablet. Hasta que de repente estás leyendo con la acostumbrada rapidez,  gozo y agilidad de un libro.
Para mí ha sido una ventaja especial poder subrayar párrafos, citas, líneas de diálogo, etc y aún mejor poder escribir notas personales en torno a las secciones subrayadas mismas que puedes ocultar para que otro lector no "sufra" con tus anotaciones y marcas. Puedo buscar mis propias notas y secciones realzadas así como palabras, capítulos e incluso palabras en el diccionario integrado del aparato. La experiencia de lectura se ha convertido para mí en algo ya cotidiano, normal, cual si fuera un libro de papel.
Una de las ventajas innegables del aparato es poder conseguir libros a menos precio e incluso de forma gratuita. Mucha gente piensa que sólo hay libros disponibles en inglés, lo que es un error. Hay raudales de publicaciones en español así como en otros idiomas (francés, alemán, portugués), lo mismo revistas y publicaciones científicas. Es un aparatito increíble, ya que  —yo personalmente— traigo en la Nook mis comics (he dejado ya de comprarlos impresos), mis notas y algunos libros para mis clases, ya que la Nook tiene compatibilidad total con cualquier documento de Office o de Open Office y docentas de novelas y algunos ensayos, muchos de los cuales no se consiguen en México.
Asimismo existen ya softwares gratuitos para formatear documentos de word y pdf al formato ePub e incluso softwares para la creación de los mismos, que requieren de pequeñas habilidades de programación. Los comics en mi caso lo único que tengo que hacer es darme el tiempo de imprimirlos en PDF para poder cargarlos a la Nook, lo que no es difícil. No necesita de un software (como el iTunes) ya que funciona como una memoria flash y la batería a mí me dura cinco días con dos o tres horas diarias de lectura. Incluye Web Browser y conexión WiFi que es un extra genial, aunque mina la duración de la batería.
Mi lector electrónico de libros se ha convertido en un aparato escencial en mi vida como lector (y como profesor), no voy a negar jamás el hecho de que un libro impreso es hermoso, el aroma del papel (sobre todo en libros viejos), la sensación del gramaje en tus dedos, el sonido de la hoja al ser pasada... sin embargo, las ventajas que ofrece el eReader son equiparables, quizá superiores, a las del libro electrónico y negarlo, por romántico que sea, no es de lectores sensatos.


viernes, 4 de marzo de 2011

Crueldad

Es un hecho innegable que la crueldad sólo puede ser ejercida por los seres humanos. La palabra derivada del latín cruor significa sangre, mas no aquella que transporta oxígeno del corazón a todas las células del cuerpo, sino aquella que mana de las heridas provocadas. Los griegos y romanos usaban dicho vocablo para referisrse a los sacrificios dionisios de toros y animales, así como para aquellos hombres que precisamente por su crueldad infligían heridas en sus contrincantes ya sea en batalla o bien el la arena de los gladiadores. La crueldad entonces es la capacidad que tiene uns er humano de causar daño intensionado a otro ser. Lo interesante de esto es que es un acto que así como sólo deviene del ser humano sólo puede ser interpretado por el ser humano. Es decir, para pode identificar un acto cruel sólo aquellos que lo conocen pueden reconocerlo.
La intensión es otro concepto que viene al caso ya que en la Ética, el estudio de las acciones del ser humano, se pueden reconocer dos actos principales: El natural (ir al baño, estornudar, etc.) y los llamados "del hombre" cuya diferencia esencial es la intensión. Los actos que llevan a cabo todos los seres vivos ya sea por instinto o por necesidad carecen de intensionalidad si bien no de finalidad. Aristóteles hablaba de la esencia de las cosas vía su fin (Teleología), sin embargo la intensión es cuando deliberadamente realizamos un acto concientes de que de manera directa o bien desencadenando otros actos más, obtendremos un resultado esperado, meditado, razonado.
La Celestina, de Antonio de Rojas, es un claro ejemplo de la intensión reflejado en la compleja trama que teje la protagonista para saciar su codicia y completar sus fines a través de la manupilación de las variables que le rodean, sobre todo con el uso de los premios y castigos en torno a las personas involucradas en algo que parece tan simple como un enamorado, Calixto, que desea obtener a la mujer, Melibea, a como dé lugar. Qué mejor ejemplo que el misterioso benefactor de Philip Parrip, el redimido Magwitch quien bienintensionado le brinda a Pip sus Espectativas para éste averiguar que la Señorita Havisham tenía a su vez sus propia agenda malintensionada basada en una vida amargada y enfocada precisamente a la crueldad.
El meollo del asunto es que estos personajes llegan a un momento en que son concientes de que han sido tratados con crueldad por uno o más agentes malintensionados que urdieron complejas maquinaciones para sus sórdidos fines, algunos de ellos reaccionando de manera vindicativa ante la conciencia de la crueldad ejercida sobre sus personas. La crueldad es un elemento clave en la tragedia y el drama, es uno de los antivalores esenciales para el exiempla del siglo de Oro español (Lazarillo de Tormes, La Lozana andaluza, Buscón don Pablos, etc.) y elemento pertinaz del tatro helénico que permea la obra teatral hasta nuestros días (Ifigenia de Racine). Así que si bien es algo enteramente negativo, la humanidad no puede aprender a ser misericodriosa y benevolente sin conocer la crueldad en sus formas dramáticas, literarias, teatrales y artísticas...

Originalmente este iba a ser un escrito sobre la crueldad hacia los animales, pero mis lecturas me llevaron por el camino de la reflexión en torno a la crueldad humana en la obra literaria y teatral (que se considera también literaria, pero debe distinguirse); quizá la siguiente entrada del blog finalmente se centre en por qué la crueldad hacia los animales es sólo cruel porque nosotros la percibimos, no porque la fauna la comprenda.

El mejor lugar para leer.

El mejor lugar para leer.
Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?