lunes, 11 de julio de 2011

Queremos chula a La Chula.


Viví por espacio de ocho años en una de las ciudades más caóticas de la república. El Distrito Federal es una verdadera jungla de asfalto, donde no todo es grandes edificios y anchas avenidas, también hay raudales de callecitas llenas de casas de interés social, unidades habitacionales y mercados populares donde se pueden conseguir desde las verduras para el mandado hasta animales exóticos y estupefacientes. Escuchaba historias de asaltos, robos, accidentes e injusticias pero nunca me tocó vivirlo afortunadamente. No negaré que siento gran afecto por la ciudad de México por muchas razones, pero siempre me ha puesto nervioso, como salir con alguien que en cualquier momento se volteará y te dará un susto. Salí de ahí hace casi diez años, ileso, y regreso con regularidad con un incrementado sentimiento de suspicacia que no hace mis visitas cómodas del todo.
Puebla es mi ciudad adpotiva. La conozco de toda mi vida, mejor aún que el D.F. y puedo afirmar que vive a la altura de su epíteto: Chula. Mis mejores amigos viven ahí y cariñosamente así le llamamos, La Chula. Siempre ha sabido cobijarnos con su bella arquitectura, sus lugares artísticos, históricos, hermosas iglesias, una gastronomía envidiable y sobre todo porque salir a caminar sus calles siempre ha sido un verdadero placer. El poblano siempre ha sido un ciudadano orgulloso de su bella urbe y lo demuestra ciudándola.
Lo que no entiendo es cómo en los últimos años ha empeorado la siutación de trato entre los poblanos de la capital. A qué me refiero con tan umbría expresión. Amigos, familia, conocidos han sido víctimas de robos, asaltos y violencia en las coloniales calles de la Chula que se vuelve horrenda cuando te enteras que a una persona cerca a ti la han asaltado dejando sólo un manojo de nervios y un miedo, que se anuda en el estómago, a retomar las calles donde un conciudadano, si se le puede llamar así, te despojó impunemente de tus cosas, de tu dignidad. Peor aún, que mancilla el nombre de La Chula.
No voy a decir "hagámos algo" porque es un imperativo hueco, no incita a nada. Además da pie a un "pues no es mi problema, por qué he de hacer algo". Si queremos chula a La Chula debemos ser específicos en las acciones que podríamos tomar. Si en algo nos distinguimos los poblanos es en ese orgullo de ser ciudadanos poblanos, demostrémoslo no siendo indiferentes ante un grito de auxilio. Cuidémos unos a los otros, estemos siempre atentos a lo que sucede a nuestro alrededor. Uno de los modus operandi clásicos de los enemigos de la Chula es distraerte para sustraer tu cartera. Sospecha de personas que no sean corteses, quien te "corte" el paso o te estorbe. Los demás, seámos más corteses, demostremos que los poblanos no somos personas de quién sospechar.
Si trabajas en un comercio, chico, mediano o un súper, no dudes jamás en pedir una identificación cuando te paguen con una tarjeta de crédito o débito, especialmente si son compras de electrodomésticos, televisores y pantallas. Si estamos haciendo fila en el súper y no nos la piden, amablemente hagámosle saber al cajero que se le olvidó pedir la identificación. No nos vamos a estar reprochando los unos a los otros, sencillamente vamos a crear una comunidad, más unida, mejor informada, sustentada en la cortesía poblana.
Démosle siempre unos pesos al señor que está en los estacionamientos de los centros comerciales y lugares públicos, un buenas tardes sumado a un gracias los hará sentirse más unidos, parte de la comunidad y eso creará confianza y respeto. La criminalidad encuentra oportunidad en sociedades fracturadas y Puebla está muy lejos de ser como el D.F. donde muchos ya no siente arraigo u orgullo por haber nacido ahí, o como en mi caso, adoptado por esta hermosa Ciudad que da mucho y lo únco que pide es que seamos una comunidad.
El frente común es ser mejores personas, vamos a convertir el "hagámos algo" en vernos más allá de nuestras diferencias y reconocernos [todos] como poblanos, como ciudadanos corteses, honestos y amables de La Chula para que esta siga así. No dejemos que los criminales encuentren grietas en nuestra comunidad, apoyémonos más. Con acciones sencillas la comunidad se irá integrando y eso le hará muy difícil la tarea a los malandrines. No escribo esto para que lo envíes como forward, si lo encontraste útil compártelo. Lo escribí porque son muchos (uno es demasiado, lamentablemente son más) los amigos, familiares y conocidos que han sido víctimas de un asalto o robo y no quiero ya escuchar un "hagámos algo", lo que de verdad quiero es ver chula a La Chula.

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El mejor lugar para leer.

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Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?