sábado, 13 de octubre de 2007

Adoro la Lucha.


Adoro la Lucha Libre, es un hecho, un elemento que forma parte de mi ser, personalidad y cultura desde que soy un niño. Mi padre me llevaba al local de mi pueblo a ver la lucha, por ahí debo tener guardado mi álbum de estampitas con firmas de luchadores que vinieron a dar ese hermoso espectáculo cuando yo apenas iba a la primaria y a la salida compraba 5 pesos de estampitas. En todos estos años de seguir el deporte del pancrasio es apenas que me he involucrado de lleno en conocer más a fondo a la gente que le fundó, y que continúa hasta el día de hoy manteniendo muy en alto la calidad de la Lucha Libre a nivel mundial, haciendo que países como Japón siempre volteen con admiración y respeto a nuestras arenas. El pasado mes de septiembre se celebraron los 74 años de la instauración de este duro deporte en nuestro país, al mismo tiempo que de su escenario más importante La Arena México. Las cinco luchas que se mostraron (de manera me parece un poco elitista por un canal de pago) fueron espectaculares. Los gladiadores dieron todo en la lona y consiguieron el premio más cotizado que pueden llegar a obtener: La admiración, griterío y aplauso del público. Dos hombres en una lucha por derrotar al contrincante en una situación completamente establecida "no somos enemigos, pero te voy a vencer" Vis a vis la representación del bien en manos de un técico que usará todo su conocimiento para llavear (verbo "inventado" en esta ideosincracia) al opuesto, el mal encarnado en un rudo que usará la fuerza bruta de manera aplastante. Yo fui técnico de niño, ahora me inclino más por los rudos y sentado en la arena, gimnasio o local grito con todas mis ganas "¡los rudos, los rudos, los rudoooos!" mientras escucho la rechifla de la porra técnica, y el apoyo de los espectadores que se unen a la euforia. Aquí no voy a decir quién ganó la justa de aniversario llamada muy ad hoc Infierno En El Ring, no escribo esto para hacer una crónica, dejo estas palabras aquí simplemente porque me llené de emoción indescriptible mientras veía la conclusión del último enfrentamiento. "Perdí lo más importante para mí, la máscara, pero la perdí ante un Maestro"... "gané, pero le gané al mejor... siempre serás el mejor" ¿Acaso necesito decir más? Qué honor. Ah, y claro... qué espectáculo. Larga vida a la Lucha.

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El mejor lugar para leer.

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Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?