No existe palabra, que yo conozca, para definir o llamar en español al Grindhouse. No es ni fue un género bien visto en nuestro país. Recuerdo que algunas de esas películas, que no califican como serie B, pero tampoco eran pornográficas, llegaban a algunos cines que generalmente mostraban porno. Filmes de mal gusto, producidos con poco presupuesto que mostraban temas revueltos entre horror, explotación, sexo, acción ó aventuras adolescentes (mezcladas con las anteriores). Creo que es porque nunca fueron del agrado de la mayoría de la gente que jamás recibieron un mote. Muchas fueron a dar a los betas y ve-ache-eses de los antigüos VideoCentro y VideoVisión, aunado a los videclubes locales que había en cada ciudad, pueblo y rancho del país a mediados de los años ochenta. Estaban normalmente en la sección de terror o en la de acción. Filmes que mostraban generalmente algún tipo de violencia y que en mi consideración personal no calificaban como un género específico, excepto claro, el de grindhouse.
Algunos de estos filmes pisaban más un género específico y se volvieron cintas de culto que dejaban atrás su estatus de grindhouse, como Texas Chainsaw Massacre y me atrevo a calificar a Mad Max como una producción cercana a este subgénero. Lo que sucede es que ya estamos acostumbrados a ver estas películas dentro de un género más comercial y definido. Sin embargo observando bien su diseño de producción y temas, bien podrían caer en ese escaño. Los filmes grindhouse han sido traídos a la luz del mainstream gracias a Tarantino y Rodríguez quienes eran adolescentes en las épocas donde el grindhouse se proyectaba en cines vía los famosos double features que en México se llamaban simplemente permanencia voluntaria, ya que la función doble fue muchos años un hecho no promocional, así se programaban las pelis. Entrabas a las 4 pm (no habaía necesidad de checar horarios, a esa hora abría el cine) y salías a las 8 pm. Pasabas a la tiendita de junto o de camino a comprar refresco, dulces, papitas o bien en ocasiones había una señora junto al cine vendiendo semillas y otras cohinadas. Era bien ·grindhouse" entrar a la sala y que bajo tu asiento hubiera un cerrito de cáscaras de pepitas.
Mi papá cuenta SUS hitorias del cine, donde incluso ese señor de las semillas pasaba por los pasillos. Yo cuento las mías, además desde la perspectiva de un chamaco de pueblo que adoraba ir a ver una función doble de VanDamme o de artes marciales con el hoy (fílmicamente) occiso Jeff Speakman. Así que eso del grindhouse que es una gringada, a mí sencillamente me parece que son churros, o bodrios, que ofrecían violencia gratuita, escenas de sexo sin que calificaran como porno e historias incoherentes y sin trama que intentaron ocupar un espacio que en México durante esa década, (que como diría Dickens fue el mejor de los tiempos y el peor de los tiempos), fue llenada por kilos de basura de los Hnos. Almada y las sexycomedias del Caballo Rojas y su tropa de adefesios fajoteando encueratrices[sic] al ritmo de música populachera.
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