miércoles, 25 de mayo de 2011

El águila

Cada mañana de lunes es lo mismo, la pornográfica repetición de un ritual que ha perdido sentido, se forman los muchachos; ninguno quiere estar adelante por razones que van más allá de mi comprensión (yo siempre estuve atrás, queriendo estar delante), se dicen chistesitos y rara vez sacan las manitas de las bolsas del pantalón. Las niñas de la escolta en una marcha a medias (no vaya a ser que enseñen mucha pierna) recorren el reducido patio mientras la que porta la bandera (que técnicamente no pertenece a la escolta, pues es la escoltada) cuchichea con la de junto y en el momento en que dan la espalda a los profes sonríen por alguna intrascendencia adolescente que les causa algún tipo de gracia. No puedo decir que entonamos el himno Nacional, digamos que lo balbuceamos, escucho que los alumnos ni siquiera pronuncian adecuadamjente algunas frases "y retiemblen sus centros" "ciñe oh patria en tus sienes" "profanar con sus plantas su suelo" además les he preguntado qué significa, por poner un ejemplo muy simple "bridón" y ninguno, cero por ciento, lo sabe. A lo lejos, los estudiantes de licenciatura (trabajo en una escuela mixta) ríen y echan relajo mientras termina nuestra "ceremonia" esperando que el chamaco que lee el "programa" termine de tropezarse con cara palabra que no entiende de las veinte que conforman el discurso, para seguir jugando futbol en la canchita-por-el-momento-convertida-en-plaza-cívica.
Cuando era niño, mi abuelo nos hacía ponernos de pie si en la TV ponían el himno Nacional. Creo que exageraba un poco, hoy no me pongo de pie si escucho el himno en la TV, pero definitivamente lo haría ante cualquier evento cívico propio o ajeno y guardaría la mejor compostura que la circunstancia me permitiese. Pero, ¿por qué?.
A caso soy fiel patriota, quizá soy uno de esos mexicanos que quiere a su país por sobre todas las naciones, podría ser que a mi edad la repetición de tantos años como estudiante simplemente está en mi ADN, en mi subconciente, tal vez soy un mexicano que sabe lo suficiente de historia nacional para saber no sólo lo que significa el himno nacional sino incluso su origen... vaya, todos hemos visto la película y conocemos el clásico mito histórico de que la novia de González Bocanegra lo encerró a terminarlo y que Nunó ni mexicano era. En conclusión creo que ninguna de las razones anteriores me hace sentir respeto por la bandera y el himno. Porque lo siento. 
No fue la educación de mi abuelo ni la repetición ad nauseaum, no soy un mexicano tradicionalista y mucho menos nacionalista. No le echo porras a la selección nacional (ni me siento identificado) ni exclamo "ganamos" cuando algún destacado deportista obtiene una medalla en las Olimpiadas. No siento feo que haya mexicanos muertos en desastres naturales ocurridos en el extranjero ni me preocupan los que viven en lugares donde estalla una guerra. Demonios, no me interesa lo que haga mi vecino. Luego entonces, por qué este tipo siente que cantar el himno significa algo, que esa bandera es un blasón que representa ciertos valores.
Debe ser, y conjeturo, que he leído lo suficiente como saber que detrás de esos símbolos (no, no en el sentido monográfico), de esos signos semióticos, hay actos trascendentes que definieron lo que es mi casa.
Miguel Hernández en su Canción Última lo dice mejor de lo que yo podría explicarlo jamás: "Pintada, no vacía, pintada está mi casa / Del color de las grandes, pasiones y desgracias" Esos colores son el verde, el blanco y el rojo, y no, no en el sentido poético de concursillo de declamación de escuela oficial. En el sentido más humano posible, en el sentido que tiene la vida cuando necesitamos poner todo lo acontecido en un signo que puedas admirar, no con admiración de idolatría, con admiración estética, de aprecio, de un alma humana a otra, a muchas. Si leyeron Historia de Dos Ciudades sabrán lo que es esa emoción de leer la toma de la Bastilla, y lo mismo sucede al leer, por poner un ejemplo, Corazón de Piedra Verde o Tierra de Volcanes (irónico escritos por extranjeros) y enterarse, si bien de manera parcial y editada, de lo que fue construir una Nación. No es la mejor ni la más grande, pero diantres es nuestra casa. No la amo, no puedo decir "yo amo a México", por principio porque es un abstracto cultural que divide y separa a los seres humanos de los países del sur y del norte (de otros continentes también) e impide que seamos todos iguales. Pero es genial saber que si cada nación tiene su historia de lucha, sus pasiones y sus desgracias, aquí hubo personas cercanas, parientes tuyos, que fueron parte de esas historias que movieron a que tengamos narraciones maravillosas y una cultura de la que sí podemos sentirnos orgullosos.
Qué lástima que la transmisión de toda ese cúmulo (porque es exagerado tacharlo de riqueza) de elementos culturales sea a través de la repetición sin sentido, mecánica y desganada. Sin embargo, dijo Sócrates que "el que sabe lo correcto actuará correctamente" y creo que si yo puedo cantar el himno cada lunes de manera consuetudinaria y sentir como retumban los cañones en mi imaginación es porque tiene sentido, es decir, sé bien lo que dice, lo que expresa, lo que hay detrás y todas esas pasiones y desgracias no se van a borrar de mi ser nunca, mi cultura, comenzando por algo tan simple como mi dioma, son perennes. No soy mexicano, tengo una conciencia mexicana, que es distinto. Al mismo tiempo, no reniego de mi mexicaneidad, pero tampoco puedo decirme mexicano si en mi cultura (que me hace quien soy, me define) hay otros muchos colores. Mi casa cultural y espiritual está pintada con los colores de otras naciones, algunas incluso ficticias. Mi pensar construido a través del pensamiento griego y oriental, sumado a cientos de referencias más de tamaños varios. Siempre en continua contrucción y modificación.
No puedo decir que soy mexicano porque no es honesto. Eso sería limitarme y delimitarme en un conjunto cultural del que soy parte pero no exclusivo. Soy un ser humano, nacido en esta casa llamada México, pintada, no vacía, del color de las grandes pasiones y desgracias.

martes, 24 de mayo de 2011

Literatura Zombie

Tiene algunos años que me interesé en el género de los zombies. Comenzó con filmes de horror como Night Of The Living Dead y sus secuelas, así como otras joyas del cine, Cemetery Man, Evil Dead, White Zombie, etc. Como buen lector del cine pasó a la literatura y fue que comencé a leer novelas de zombies donde descubrí que el género se divide en otros subgéneros que pueden o no estar bien escritos. Por bien escrito me refiero al viejo criterio de McLuhan sobre la complejidad del contenido y su codificación. Me atraen las historias con tramas bien construidas, personajes tridimensionales y además situaciones verosímiles, o tan creíble como puede ser un mundo zombie.
No recuerdo en qué orden los leí, así que los reseñaré muy brevemente en el orden que me parecen más interesantes y bien escritos. Patient Zero de Jonathan Maberry es una de las mejores obras de zombies que he leído, es una novela de acción principalmente que narra las aventuras de Joe Ledger un policía, ex militar que es contratado por una agencia supresecreta para detener la amenaza zombie y luchas contra terroristas. Una trama muy bien hecha, con personajes geniales aunque estereotípicos es como ver una película de acción con todos tus actores favoritos, no, mejor que eso porque tú te los imaginas. Es una gran novela. Me encanta.
Guerra Mundial Z de Max Brooks es uno de los libros que consagra el género, parece una obra epistolar que recoge las vivencias de múltiples testigos al rededor del mundo sobre su experiencia contra los zombies en un mundo post-apocalíptico, muy bien escrito y con una variedad enorme de estilos que delimitan las historias que conjuntan una gran trama hacen de este libro una adquisición necesaria en la literatura zombie.
Descansa en paz es una obra realmente bizarra, pero sobre todo horrorífica que escribe el sueco John Ajvide Lindqvist sobre lo que sucedería si los muertos salieran de sus tumbas sin la carnicería de personificarlos como caníbales. Es de un terror psicológico que me hizo estremecerme como pocos libros lo han hecho. Está traducido del sueco y aunque es notorio que tiene dos o tres adaptaciones sigue siendo un libro fuera de lo común debido a que en Suecia la reacción ante un evento de ese tipo es bien diferente y al mismo tiempo, nuestra naturaleza humana siempre nos hará a todos iguales. Una obra que no es de zombies como tales, pero realmente genial.
Apocalipsis Z Los días oscuros es de hecho la secuela de Apocalipsis Z escrita por Manel Loureiro, un libro bastante interesante que nos muestra el mundo postapocalipsis zombie en Europa a través de los ojos de sobrevivientes españoles, para alguien que vive en México es genial poder leer una obra que de entrada está escrita en el idioma original y que conserva mucho del sentido original de su estilo y prosa, asimismo siempre es genial poder sentirse de alguna manera identificado con los personajes. No es la mejor trama del mundo pero los actos no son aburridos y de hecho hay uno o dos capítulos que puedo calificar de impresionantes. No es el mejor pero qué esperábamos de un abogado escritor.
La Guía de superviviencia zombie no es una novela, es literalmente lo que dice su título. Un manual para poder sobrevivir mientras sucede y en lo que pasa el apocalipsis zombie. Es una curiosidad bastante buena, muy bien escrita por Max Brooks, llamativa y curiosa. Si ya leíste Guerra Mundial Z más vale también echarle un ojo a la guía de superviviencia.
Cell, de Stephen King no es una novela de zombies, sin ánimo de contar nada importante puedo comentar que sus personajes están en un estado similar al zombie pero no califican como tal. Es una novela asombrosa porque narra desde el comienzo del "evento" hasta sus consecuencias finales y la evolución de las mismas. Me encanta King porque es un escritor que sabe crear personajes y a través de sus ojos llevarnos por un viaje terrorífico de angustia pero también de mucho valor humano. Cell es una de mis obras favoritas de Stephen King y aunque yo insisto n que no es de zombies se confunde fácilmente con el género. Yo diría que son reanimados, o algo por el estilo. Valioso sólo por ser de King, genial por ser de reanimados.
Pride and Prejudice and Zombies de Seth Grahame-Smith es una obra entretenida que mezcla parte de la novela original de Jane Austen con zombies al más puro estilo de Orson el cerdito en la granja (de las caricaturas de Garfield) cuando les contaba historias a los polluelos y ellos decían "qué aparescan unos ninjas" y así sucedía. No tiene gran valor literario pero es realmente divertido. En el mundo de los comics se les llaman Elseworlds, o en Marvel se llaman What If...
Hay muchos más, algunos que tengo en mi lista de espera y que espero leer en los próximos meses como Autumn de David Moody, Fell Cargo de Dan Abnett (zombies y piratas), y la trilogía Zombie de David Wellington (Zombie Island, Zombie Nation y Zombie Planet), La Casa de Bernarda Alba Zombie, The Wizard of Oz Zombie, Brains: A Zombie Diary y las secuelas de Pride and Prejudice and Zombies (Dawn of the dreadfuls y Dreadful ever after).

lunes, 9 de mayo de 2011

Paradigmas sociales en torno al Planeta de los Simios.

Terminé recientemente de leer El Planeta de Los Simios del autor francés Pierre Boulle y quedé sorprendido de la crítica social que hace sobre los paradigmas de la sociedad. La siguiente reflexión narra la obra de manera parcial, enfocándome a las partes que me llamaron la atención como profesor de métodos. Verán, el método científico es el gran descubrimiento del hombre, significa que tenemos un patrón, un modelo, para hacer las cosas y obtener resultados con el mínimo de variantes. Los paradigmas científicos se basan en las teorías que devienen del método científico establecido por uno o más investigadores que llevaron a cabo estudios que luego pueden ser repetibles y aplicables a la generalidad.
Pero nunca había imaginado que el grueso de la gente no tiene idea, ni le importa en ocasiones, cómo es que llegamos a esos paradigmas, de dónde surge el conocimiento que ya está establecido y tomámos las verdades que nos han enseñado como únicas sin siquiera dudar de ellas. Boulle en el planeta de los simios a través de una intrincada explicación nos expone que en algún momento, quizá a través de experimentos biológicos, los humanos provocan en los simios la conciencia e inteligencia. Una vez que ellos son capaces de discernir y emprender deciden rebelarse contra sus "captores", liberándose de un sojuzgamiento de cientos de años, del que ahora son concientes.
Una vez emprendida dicha revolución, los seres humanos son desplasados a los bosques y selvas (de donde vienen los simios, invirtiendo irónicamente los roles) y los simios, ahora inteligentes y dueños de la civilización se enfrentan al problema de erigir, controlar y coordinar un nuevo orden social y ¿cómo lo hacen? como buenos simios que son (razón por la que Boulle elije estos animales para su metáfora) lo hacen a través de la imitación. Así que la sociedad simia prosigue con una sociedad basada enteramente en la humana, adquiriendo todas sus características.
Entonces los simios de laboratorio, comienzan a tratar de la misma manera a los seres humanos ¿no es acaso un método ya comprobado? Boulle pasa entonces a explorar lo que sucedería si de toda la sociedad simia sólo unos pocos, una minoría muy reducida, son seres con pensamiento no solo inteligente, aún más importante: crítico y creativo. Los gorilas son excelentes administradores, y escriben libros al respecto, pero todo aquello es sibre el mismo tema, variantes de teorías ya escritas antes. Los orangutanes tienen una memoria prodigiosa, así que son excelentes copistas y guardianes del "conocimiento" encargados de transmitirlo a los jóvenes simios de las generaciones venideras.Pero el único pensamiento creativo, surgido de posiciones críticas viene de los chimpancés, y de sólo unos pocos de ellos que luchan contra las ideas ya establecidas que mantienen cómodamente en sus puestos y jerarquías a los gorilas y orangutanes.
El atraso de la sociedad simia que en los últimos mil años (según la novela) no ha tenido avances considerables y que sólo han repetido los mismo modelos durante cientos de años se debe precisamente a que su naturaleza simiesca los lleva a una vida de cómoda imitación, de reproducción del arte y los medios de producción mas no a una dialéctica, crítica y creativa donde la ciencia y el método estén para cambiar, adaptar y evolucionar con los nuevos paradigmas. Zira y Cornelius se ven atrapados por una sociedad que no desea cambiar porque no se da cuenta que todo su quehacer social es un símil, una eterna repetición sin reflexión ni más sentido que el de proseguir con una vida cómoda, porque los simios no se han dado cuenta que viven un facsimil de sus antepasados, viven en la inercia total de una existencia sin sentido de dirección ni de origen, establecidos en el presente, contentos con las ganancias, pero sin riqueza espiritual, sin evolución de mente.
Será que esa es la mejor manera de vivir. Un paradigma social de reproducción y repetición sin sentido trascendental. Trabajar para obtener satisfactores materiales, riquezas, actividades de solaz y esparcimiento, beneficios cuantificables así como los cualitativos, hay que descansar luego de estar todos los días repitiendo lo que nuestros antecesores hicieron, porque además hay que disfrutarlo mientras dure, ya que mañana vendrá otro igual a nosotros a seguir el mismo trabajo.
Quizá Boulle quiere decirnos que debemos ser más reflexivos, proactivos frente a los paradigmas, que si bien no tiene nada de malo desarrollar una vida de actividades laborales y de diversión, sí debemos mantener la menta abierta a los nuevos descubrimientos, que deberíamos ser más críticos y por consecuencia creativos, comenzando con nosotros mismo y luego, con nuestro entorno. Si somos producto del entorno entonces para que haya verdadero progreso debemos estar en constante análisis del entorno para transformarlo y que no sea siempre el mismo, ergo, que no seamos siempre los mismos.
Con actitud crítica y creativa, de nosotros mismos, de nuestro entorno, de nuestros ritos, tradiciones y demás modelos paradigmáticos que hacen de nuestra vida un transcurrir que podría tener sólo un poco más de sentido y podría con el tiempo modificarse y evolucionar, con tan sólo pensar ¿estoy como simio repitiendo lo que alguien antes de mí, estaba haciendo? o lo estoy repitiendo porque es útil, porque tiene significado, sentido y enriquece mi ser. Porque es producto del método científico pero pensado y reflexionado, antes de ser simplemente adpotado y tomado porque otro supuestamente "más inteligente" ya lo comprobó. Esa es, finalmente, la característica que hace del método científico un rasgo racional, inteligente, crítico y creativo... que se puede (y debe) comprobar.

domingo, 8 de mayo de 2011

Adaptaciones

Tuve unos días de descanso que invertí entre otras cosas en ver unas películas y leer unos libros. Dos ejemplos de ambos rúbros resaltan y me tienen reflexionando hace un rato. The Oxford Murders, de Alex de la Iglesia, basado en el libro del argentino Guillermo Martínez y Perdita Durango, del mismo director basada en la novela de Barry Gifford (guionista de filmes como Lost Highway). Ambas novelas con sus respectivas adaptaciones me presentaron un fenómeno poco común: La adaptación no sólo era muy buena, el guión llegó en momentos a superar la obra literaria.
Son dos lenguajes bien distintos el cinematográfico y el literario. En el segundo el escritor debe tener en cuenta que para poder crear en el lector una imagen debe tener la habilidad de describir, no necesariamente con detalle, los mundos en los que se desarrolla la historia. Depende del estilo y el gusto del lector, a mí me desagradan mucho las novelas de J. J. Benítez por su atención enfermiza al detalle, donde la historia poco se mueve debido a que la descripción específica de los elementos que rodean y componen la escena que describe. Prefiero un libro cuya historia se desarrolla con agilidad sin importar cuántos actos o personajes pueda involucrar.
Es el caso de Pérez Galdós, Dickens, Rice, Vonnegut entre otros, sus descripciones están supeditadas a la acción y llevan a la concatenación de una serie de actos. Son obras que pueden ser muy detalladas por lo intrínseco de la trama, la cantidad de personajes y las características psicológicas de ellos, pero más importante aún, la historia "se mueve". Es por eso que el cine es del gusto de casi todo mundo mientras que la literatura sigue siendo menos popular. El cine muestra al personaje sin que tengamos qué hacer el esfuerzo de imaginarlo al leer su descripción, esto incluye todo el sonido, su voz, su andar, su manerismo; en menos de dos horas (normalmente) podemos ver el desarrollo de una historia completa que avanza con dinamismo.
Crímenes Imperceptibles resulta un libro ameno, que narra la historia de un Chileno en Oxford inmiscuido en un momento de la universidad (y la población) en que una serie de asesinatos misteriosos comienzan a darse coincidiendo con su llegada. Rodeado de un espíritu matemático, debido a que el protagonista y su co-protagonista son matemáticos, se mencionan varias teorías y autores matemáticos de interés. Es un buen libro, maneja excelentemente el misterio, mantiene el interés del lector y no es ripioso.
El filme sin embargo nos muestra monólogos (y diálogos) de los protagonistas donde reflexionan en torno a las teorías matemáticas que en el libro sólo se mencionan, lo que aparenta un opuesto al modelo básico que establece que el libro suele ser más detallado. Tal vez sea que dichos diálogos estaban para explicar las teorías mientras que en la novela se asume que el lector sabrá de qué se habla y sin embargo no veo por qué no se han de llevar a cabo en la novela como Eco lo hace en El Péndulo de Foucault donde se explica, por ejemplo, toda la historia de los Templarios o la explicación sobre el nombre de la computadora Abulafia.
Ambos medios están para narrar historias, de pmanera personal lo que me agrada es que la narración fluya, que los personajes se muevan (aún si jamñas dejan su locación geográfica) y el mensaje sea transmitido sin que sea obvio, en el caso de Crímenes Imperceptibles y The Oxford Murders ambos medios lo logran, lo que es de llamar la atención es que la novela tenga menos detalles que el filme.
Pasemos a Perdita Durango, la novela de Gifford nos narra la historia sencilla pero irresistible de una joven de 24 años en busca de aventuras, siniestras y llenas de violencia, en su andar aventurero se encuentra con Romeo Dolorosa quien es un brujo de santería lo que atrae a Perdita a una aventura siniestra y extremadamente violenta. Dolorosa por parte de un primo acepta un trabajo ilegal que involucra contrabando y la historia se entreteje uniendo las vidas de todos los participantes en un andar de terror, sexo y muerte. La obra está completamente llena de pequeñas anécdotas que cuenta sobre todo Dolorosa y esta metadiégesis hace que la obra transcurra muy rapidamente, sin embargo no se centra demasiado ene xplciar los leit motifs de los personajes, son violentos, son lo que son y hacen lo que hacen. Sin más nada.
En el filme, De La Iglesia les da mucha más forma a los personajes, están más delineados que en la novela, quizá porque Gifford no se toma mucho tiempo en describir físicamente a los personajes secundarios centrandose en una breve pero clara descripción física de Perdita y Dolorosa. Los personajes secundarios en el filme tienen mayor profundidad y ejercen una mayor influencia en el entramado de los actos y sucesos que contruyen toda la aventura. Quizá por eso me parece que el filme es mejor, es una narración con mayor estructura y complejidad mientras que el libro es un pequeño Pulp que parece una novela de entregas para revista de adultos.
Finalmente creo que ese es el quid de esta reflexión cinematográfica. Son medios bien distintos, cuentan historias de manera diferente y si bien los eventos y perosnajes son los mismos, el resultado siempre va a diferir el uno del otro. Creo que concluyendo a priori, una buena adaptación es aquella que respeta los personajes originales, no quita ni pone nuevos si bien los adapta, es decir, Perdita se viste distinto en el Pulp, tiene un loo de femme fatal latina, mas es en esencia la misma Perdita en papel que celuloide. También es una buena adaptación aquella que respeta los actos, es decir, los eventos clave que desatan las motivaciones y acciones del filme, que es lo que hacen que se muevan los personajes y que la historia avance. Si tenemos a los mismos personajes, con las mismas motivaciones y los eventos clave que desatan las acciones, tenemos entonces una buena adaptación de la obra lietararia al cine.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Rollerball y la figura del individuo en la sociedad de consumo.

Se estrenó en 1975 en las salas de cine de Estados Unidos de norteamérica y unos años después de convertía en un clásico de la ciemcia ficción para hoy tener estatus de película de culto. Sigue siendo ciencia, si bien política y social, aunque la parte de ficción es la que ya estoy dudando. Hay que haberla visto para tener un mejor entendimiento de esta pequeña reflexión, no es necesario, pero está llena de spoilers. A partir del siguiente párrafo es desición del lector continuar.
En el año 2018 las naciones no existen, el mundo es "perfecto", todo está a cargo de las Corporaciones, cada corporación en ciertas áreas del planeta se dedica a una sola cosa. En Houston (ya no tiene el Texas porque en este oren mundial ya no hay estados) está la Corporación de la Energía, una de las más importantes ya que está dedicada solamente a abastecer de energia al mundo. Cada Corporación se rige por una Junta Ejecutiva y son quienes toman todas las desiciones. Incluso si un miembro de la Junta Ejecutiva debe ser despedido o transferido a otros puestos (promoción o democión).
Este orden corporativo rige bajo la total automatización del mundo. No hay libros, gracias a la Corporación de la Información todos los libros han sido capturados electrónicamente y literalmente resumidos para que la gente tenga sólo la información esencial (nada que ver con, no sé, wikipedia), así mismo existe una entidad computarizada que es la que da las respuestas, breves, concisas y editadas, a todas las preguntas (no creo que google pueda ser similar), pero si no tienes dudas es porque las Coproraciones te dan todo, no necesitas nada. No hay desempleo, no hay carestía. Las Juntas Ejecutivas deciden por ti todo.
Cada Corporación tiene un equipo deportivo que practica el único deporte y espectáculo que se transmite en multivisión a todo el mundo: Rollerball. Houston, hogar de la Coporación Energética tiene el mejor equipo de Rollerball en la historia, y lo es gracias a Jonathan E.
Rollerball es un deporte de contacto que se desarrolla en una pista redonda similar a la de ciclismo de unas cncuenta yardas de diámetro. Cada equipo consta de 10 jugadores, tres motociclistas, dos catchers, y cinco patinadores todos con equipo de protección y guantes con spikes; el objetivo es tomar una bola de acero e intentar anotar en un cono magnético introduciendo ahí la bola. El equipo contrario debe detener al jugador, y aunque hay penalidades por golpes y violencia estas penas sólo se otorgan cuando dicha violencia no es para detener al jugador que tiene la bola. Las muertes en los partidos son normales, y no son penadas si suceden bajo las "reglas" del Rollerball.
Rollerball fue creado por las corporaciones para mantener a la gente entretenida, para mantener juegos de guerra (la guerra como tal ya no existe) y sobre todo, para demostrar que el esfuerzo individual es inútil. Sólo es trabajo en equipo puede sacarnos adelante. Las corporaciones no tienen rostro, las juntas ejectivas no son una persona tomando desiciones. Son entidades abstractas, el individuo no existe, Rollerball es igual. Hasta que llega Jonathan E., quien es el mejor jugador en toda la historia del deporte, con el mayor número de anotaciones, heridos y muertes en el juego. Jonathan vivía para el juego, tanto que no prestaba atención a su esposa. Un Eejecutivo se interesó en ella y una junta directiva decidió quitárle la esposa a Jonathan y transferirla al Ejecutivo. Jonathan vive en total estado de duda ¿por qué me quitaron a mi esposa? La corporación le da novias cada seis meses. Dedicado sólo al Rollerball su mundo realmente se termina cuando el Ejecutivo en jefe de la junta directiva de Houston le dice que se tomó la desición de retirarlo. Jonathan comienza a hacer preguntas ¿por qué deciden ahora quitarle lo único que sabe hacer? Jamás llega a la conciencia de que él representa el esfuerzo individual. Así que decide no retirarse y la Corporación decide muy administrativamente que lo más sencillo para resolver el problema es hacerlo que pierda. Publicamente.
Se van modificando las reglas partido a partido, pero Jonathan sólo sabe hacer una cosa. Jugar Rollerball, y gana partido tras partido. Cuando llega la final, se decide que dicho encuentro no tendrá regla alguna, eso significa que se juagará a la muerte. Hasta que el último jugador quede en pie. Jonathan pide ver a su exesposa, y le expone sus dudas ¿por qué la corporación me quita las cosas que quiero? y ella le hace ver que a ella jamás la quiso, nunca estaba con ella, siempre estaba jugando, siendo el mejor. Esto lleva a Jonathan a su única toma de conciencia, él ES el mejor rollerballer del mundo, así que decide morir en lo que más ama. Finalmente la corporación hará que Jonathan pierda y mostrará al público, a trabajadores y consumidores que el esfuerzo individual es futil. No contaban con que el último jugador en pie, sería Jonathan E., quien maltrecho y ensangrentado patina hasta el cono de anotación e introduce la bola de acero dejando el marcador cero a uno, Houston y a todo el estadio, coreando su nombre.

A mí me quedó claro algo. Yo creo que el esfuerzo individual no tiene valor. No en una sociedad corporativa ¡y ya vivimos en una! las desiciones no las tomamos nosotros. La democracia es un juego como el de Rolleball, y los deportes son Rollerball. Sin embargo, Jonathan es el claro ejemplo de esa persona que tiene una serie de características únicas y realmente raras, excepcionales, en primerísimo lugar TALENTO, nadie puede destacar sin un equipo, a menos que tenga el talento sumado de los miembros de un equipo; además de tener la voluntad absoluta de querer desarrollar dicho talento y realizar lo que mejor hace hasta sus últimas consecuencias. Jonathan E. no supo plenamente por qué jugó el último juego de Rollerball, pero tenía una meta: ganar. Porque además ganando demostraba a la junta ejecutiva que podrían quitarle todo. Menos su talento. Somos lo que hacemos, y si tenemos el talento para hacerlo, nadie, nunca, podrá quitarnos el resultado de ese trabajo. Jonathan pudo haber tirado la bola al final y darle la espalda al juego para filosóficamente darles una cachetada con guante blanco y probarle al mundo entero que Rollerball no importaba, que era sólo un espectáculo manipulador. Pero patinó hasta la portería y anotó el punto ganador. Rollerball sí era importante, esencial, para ÉL, porque lo definía.
El esfuerzo individual tendrá ese efecto, es un excelente ejemplo, pero directamente no le sirve a los demás. Es un acto de realización personal. Jonathan ganó el juego supremo de Rollerball, sirvió de ejemplo, pero nada más. El único verdadero ganador, fue únicamente él. Podría escribir aquí que eso es lo importante. Pero desde mi punto de vista, no lo es. Creo que si el mundo es corporativo, debemos entonces de jugar en equipo, no individualmente. El esfuerzo individual es vano, es futil, hay que trabajar juntos. Ah, pero aquí les dejo esta inquisición ¿qué tan "bueno" es vivir en un mundo corporativo? Porque no hay espacio en una sociedad de consumo, corporativizada, para los talentos. Para la realización personal, para el mejor rolleballer de la historia. Para la oportunidad de superarlo.
Irónicamente la sociedad actual maneja los talentos individuales (deportivos claro, pero también "artísticos" y de otros rubros de "éxito") pero principalmente para establecer arquetipos de consumo, no tanto para que busquemos ser el talento. La sociedad actual a diferencia de la que se ve en Rollerball quiere que aspiremos a ser los mejores para admiración y perpetuación del círculo talento-admirador-aspirante, no en primer lugar para la realización personal. Queremos ser Jonathan E. no para ser lo que nacimos para ser. La sociedad corporativa quiere que seas el póster de un producto, el representante de toda una gama de productos y servicios que debes consumir para que aspires (y trabajes en ocasiones) a ser como esos talentos. Piénsenlo dos minutos. Ser el mejor en lo que nacimos para ser sólo sirve a una persona, a nosotros. Todo lo demás es vanidad, o bien, trabajo en equipo. Verdadero trabajo en equipo. Al final no tengo ninguna conclusión, de verdad, no es ni bueno ni malo ser el mejor en lo que nacimos para ser mejores, sólo es adecuado o inadecuado, dependiendo de dónde estés desarrollándote. Es, sin embargo, innegable que vivimos en una sociedad corporativa, de consumo, y que los telentos hoy en día sirven en primer lugar al objetivo del consumo, sin que sea el único objetivo. Tampoco puedo negar que esos talentos son inspiracionales y ejemplo de trabajo que motiva al desarrollo.
Cuál es la intensión de mejorarnos. De ser el último rollerballer en la pista. Lo hacemos por nosotros mismos o porque lo decidieron por nosotros, porque nos dijeron que hay que serlo, porque ganamos algo por serlo, porque gana alguien más algo al serlo... o sencillamente porque eso somos.

El mejor lugar para leer.

El mejor lugar para leer.
Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?