domingo, 8 de mayo de 2011

Adaptaciones

Tuve unos días de descanso que invertí entre otras cosas en ver unas películas y leer unos libros. Dos ejemplos de ambos rúbros resaltan y me tienen reflexionando hace un rato. The Oxford Murders, de Alex de la Iglesia, basado en el libro del argentino Guillermo Martínez y Perdita Durango, del mismo director basada en la novela de Barry Gifford (guionista de filmes como Lost Highway). Ambas novelas con sus respectivas adaptaciones me presentaron un fenómeno poco común: La adaptación no sólo era muy buena, el guión llegó en momentos a superar la obra literaria.
Son dos lenguajes bien distintos el cinematográfico y el literario. En el segundo el escritor debe tener en cuenta que para poder crear en el lector una imagen debe tener la habilidad de describir, no necesariamente con detalle, los mundos en los que se desarrolla la historia. Depende del estilo y el gusto del lector, a mí me desagradan mucho las novelas de J. J. Benítez por su atención enfermiza al detalle, donde la historia poco se mueve debido a que la descripción específica de los elementos que rodean y componen la escena que describe. Prefiero un libro cuya historia se desarrolla con agilidad sin importar cuántos actos o personajes pueda involucrar.
Es el caso de Pérez Galdós, Dickens, Rice, Vonnegut entre otros, sus descripciones están supeditadas a la acción y llevan a la concatenación de una serie de actos. Son obras que pueden ser muy detalladas por lo intrínseco de la trama, la cantidad de personajes y las características psicológicas de ellos, pero más importante aún, la historia "se mueve". Es por eso que el cine es del gusto de casi todo mundo mientras que la literatura sigue siendo menos popular. El cine muestra al personaje sin que tengamos qué hacer el esfuerzo de imaginarlo al leer su descripción, esto incluye todo el sonido, su voz, su andar, su manerismo; en menos de dos horas (normalmente) podemos ver el desarrollo de una historia completa que avanza con dinamismo.
Crímenes Imperceptibles resulta un libro ameno, que narra la historia de un Chileno en Oxford inmiscuido en un momento de la universidad (y la población) en que una serie de asesinatos misteriosos comienzan a darse coincidiendo con su llegada. Rodeado de un espíritu matemático, debido a que el protagonista y su co-protagonista son matemáticos, se mencionan varias teorías y autores matemáticos de interés. Es un buen libro, maneja excelentemente el misterio, mantiene el interés del lector y no es ripioso.
El filme sin embargo nos muestra monólogos (y diálogos) de los protagonistas donde reflexionan en torno a las teorías matemáticas que en el libro sólo se mencionan, lo que aparenta un opuesto al modelo básico que establece que el libro suele ser más detallado. Tal vez sea que dichos diálogos estaban para explicar las teorías mientras que en la novela se asume que el lector sabrá de qué se habla y sin embargo no veo por qué no se han de llevar a cabo en la novela como Eco lo hace en El Péndulo de Foucault donde se explica, por ejemplo, toda la historia de los Templarios o la explicación sobre el nombre de la computadora Abulafia.
Ambos medios están para narrar historias, de pmanera personal lo que me agrada es que la narración fluya, que los personajes se muevan (aún si jamñas dejan su locación geográfica) y el mensaje sea transmitido sin que sea obvio, en el caso de Crímenes Imperceptibles y The Oxford Murders ambos medios lo logran, lo que es de llamar la atención es que la novela tenga menos detalles que el filme.
Pasemos a Perdita Durango, la novela de Gifford nos narra la historia sencilla pero irresistible de una joven de 24 años en busca de aventuras, siniestras y llenas de violencia, en su andar aventurero se encuentra con Romeo Dolorosa quien es un brujo de santería lo que atrae a Perdita a una aventura siniestra y extremadamente violenta. Dolorosa por parte de un primo acepta un trabajo ilegal que involucra contrabando y la historia se entreteje uniendo las vidas de todos los participantes en un andar de terror, sexo y muerte. La obra está completamente llena de pequeñas anécdotas que cuenta sobre todo Dolorosa y esta metadiégesis hace que la obra transcurra muy rapidamente, sin embargo no se centra demasiado ene xplciar los leit motifs de los personajes, son violentos, son lo que son y hacen lo que hacen. Sin más nada.
En el filme, De La Iglesia les da mucha más forma a los personajes, están más delineados que en la novela, quizá porque Gifford no se toma mucho tiempo en describir físicamente a los personajes secundarios centrandose en una breve pero clara descripción física de Perdita y Dolorosa. Los personajes secundarios en el filme tienen mayor profundidad y ejercen una mayor influencia en el entramado de los actos y sucesos que contruyen toda la aventura. Quizá por eso me parece que el filme es mejor, es una narración con mayor estructura y complejidad mientras que el libro es un pequeño Pulp que parece una novela de entregas para revista de adultos.
Finalmente creo que ese es el quid de esta reflexión cinematográfica. Son medios bien distintos, cuentan historias de manera diferente y si bien los eventos y perosnajes son los mismos, el resultado siempre va a diferir el uno del otro. Creo que concluyendo a priori, una buena adaptación es aquella que respeta los personajes originales, no quita ni pone nuevos si bien los adapta, es decir, Perdita se viste distinto en el Pulp, tiene un loo de femme fatal latina, mas es en esencia la misma Perdita en papel que celuloide. También es una buena adaptación aquella que respeta los actos, es decir, los eventos clave que desatan las motivaciones y acciones del filme, que es lo que hacen que se muevan los personajes y que la historia avance. Si tenemos a los mismos personajes, con las mismas motivaciones y los eventos clave que desatan las acciones, tenemos entonces una buena adaptación de la obra lietararia al cine.

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El mejor lugar para leer.

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Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?