Yo no tengo idea de qué es Top Gear, ahora conozco que existe dicho show británico, pero sigo ignorando qué es. Básicamente porque para conocer algo debes tener contacto constante con dicho objeto/sujeto o fenómeno; así que lo primero que atrapó mi atención fue que un clip de menos de tres minutos fuese juzgado de inmediato. Es común que critiquemos sin fundamento alguno, cuando la crítica como ejercicio debe ser un acto de análisis en primer instancia. Para realizar dicho análisis debemos conocer el objeto de estudio, es método científico básico. Asimismo hay que tener un marco teórico, un modelo de análisis y un modelo de interpretación también. De lo contrario se convierte en un acto ambigüo, infundado, basado en conjeturas cuyo único valor es el de la opinión, que merece respeto, pero ninguno que le dé validez crítica.
Pero como dicen los norteamericanos "everyone's a critic", y las opiniones se convierten en teorías de análisis. La TV mexicana está plagada de programas cuyos integrantes se dedican a eso, a dar opiniones y que se ofenden si osas poner en duda sus métodos los cuales si bien son un método no son epistemológicamente validos, es decir, el periodísmo es un ejercicio de la ciencia de la comunicación, así como al complejo proceso de producción mediática y deberían regirse por los principios de dicha ciencia. Sus escuetos acercamientos a la interpretación de hechos son siempre parciales, tendenciosos y adolecen en absoluto de un criterio neutral. Obvio, cuando no haces las cosas seriamente y pones "de tu costal" se convierte en una llana opinión, para citar otro dicho común norteamericano sobre las opiniones "everybody's got one".
México no tiene telediarios, todos de alguna u otra forma ofrecen siempre su "punto de vista" lo que hace realmente complicada la interpetación y manejo de la información recibida. Al menos para quienes queremos la información como datos para aplicarlos a nuestra realidad, precisamente escogiendo el uso y la consecuencia del mismo. Sin embargo no sucede así en nuestro país donde la información es objeto de un regurguitamiento por parte de los "comunicadores" quienes dan siempre un giro de perspectiva sin que ello ofenda al televidente quien parece engullir como pájaro reción salido del cascarón datos muchas veces inñutiles pero con ese toque de "oye deveras, eso está mal" sin que nos den oportunidad de hacer nuestro propio juicio de valor.
La informción que se genera a diaro en el Globo es tal que no podemos sino buscarla para su uso y procesamiento a través de medios alternativos como lo son las ediciones electrónicas de revistas y periódicos que ofrecen su informacón vía el Internet, aunado a un uso pragmático de twitter. Espacios reservados para aquellas personas que quieren depurar el flujo de información que reciben o que sencillamente se senten insultados cada que un conductor de telediario (o peor, de un insulso show de "espectáculos") se indigna porque en un programa de televisión extranjero, que no conoce ni se dignó investigar, se hizo un chiste e inadvertidamente se rompió un protocolo de diplomacia internacional.
Habiendo una crisis socio-política en un país lejano que nos afecta por su repercusión en la bolsa de valores mundial, aunado al enorme impacto en los paradigmas sociales y mediáticos que pueden ser de importante influencia en nuestros propios modelos sociales de usos y costumbres, la agenda mediática mexicana nos tiene viendo una versión editada de una previo clip parcial, de un programa de televisión que no conocemos ni comprendemos en voz de una serie de conductores que se dicen acólitos del trabajo periodístico aun si en realidad parece que tienen sus estudios de televisión en la Ciudad de los Niños y juegan a la producción de televisión y a hacer periodismo.
Más me indigna que los televidentes son, quizá, aún más inmaduros que el trabajo periodístico que se lleva a cabo en las dos principales televisoras del país. Un país con una televisión pueril, cuya audiencia responde a los contenidos mediáticos de países más maduros de manera inmadura a causa de su crasa ignorancia.
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