martes, 6 de enero de 2009

Baby, I'm Gonna Leave You

Baby, I’m gonna leave you

Lo sabía, lo supe siempre. ¿Pero, por qué hasta hoy me di cuenta que lo sabía? No lo sé. Y ¿cómo iba a decírselo? Tenía que decírselo, no podía escribírselo, además que no sé escribir con propiedad. No puedo llamarle por teléfono, eso sería impersonal, sería como decírselo a una maquina. A un aparato. Sin sentimientos.
¿Hace cuánto que comenzó todo? Lo recuerdas... o más bien intento recordarlo. Fue aquel día en el parque... no, esa fue la primer cita. Sus ojos ámbar brillaban con el reflejo de mar. Caminaba por la vereda, la misma que habíamos caminado juntos cuántas veces, la que caminamos. Fue... en la reunión de... no, aquello había sido con otra, que se le parece, que de hecho tiene los mismos ojos. Pero la mirada perdida.
Supe que ella estaba también perdida. Que no caminaba por ningún camino conocido. Yo tampoco, pero al menos creí que sí lo sabía. No es lo mismo creer que se sabe y no saber, a no saber y tampoco creer . ¿Sabía que sabía que sé lo que sé? Tal vez no. Tal vez si hubiera sabido que sé, no hubiera dicho que me gustaban sus ojos, y no hubiéramos caminado la vereda...
Aun así, no sé si verdaderamente hubiera dejado de decirlo, de caminarla... de haber sabido. Tal vez aun sabiendo que sabría lo que sé, aun con pleno conocimiento, hubiese escogido caminar la vereda y dejarme atrapar por su mirada.
De hecho, de hecho sí lo sabía. Tan lo sabía que lo ignoré por completo, tan conciente estaba que decidí no saberlo. Pero hoy, hoy ya lo sé. Está en mí y no puede dejar de salir. No más vereda, no más ojos, no más... ¿qué adjetivos le pones a un cúmulo de cosas que te hacen sentir que no sientes nada? Vacuo. Huero. Vano. Yermo.
Y aquí viene. Aquí viene la parte donde me le acerco y le digo:
Nena, te voy a dejar.

Diego Mendoza, 1998.
*El título basado en la canción de Led Zeppelin.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dieguito old chap, hoy que me doy una vuelta por tu blog me encuentro con esta short story muy bien construida. Me gustó mucho que juega con las expectativas del lector y que hace referencia a ello dentro del texto mismo con las líneas "¿Sabía que sabía que sé lo que sé? Tal vez no." Como quien dice, qué bonita es la metaficción. Un abrazote
La miros

Luis Alvaz dijo...

wow... muy buena historia y construcción de la misma... quizá al estilo del cuento corto de Cortázar, tal vez un poco como aquel glorioso capítulo VII de Rayuela (Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca...), o como Continuidad de los parques, porque es una pequeña ficción armada en unos pocos párrafos. Como sea, es bastante bueno el relato.

Saludos.

El mejor lugar para leer.

El mejor lugar para leer.
Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?