miércoles, 4 de mayo de 2011

Rollerball y la figura del individuo en la sociedad de consumo.

Se estrenó en 1975 en las salas de cine de Estados Unidos de norteamérica y unos años después de convertía en un clásico de la ciemcia ficción para hoy tener estatus de película de culto. Sigue siendo ciencia, si bien política y social, aunque la parte de ficción es la que ya estoy dudando. Hay que haberla visto para tener un mejor entendimiento de esta pequeña reflexión, no es necesario, pero está llena de spoilers. A partir del siguiente párrafo es desición del lector continuar.
En el año 2018 las naciones no existen, el mundo es "perfecto", todo está a cargo de las Corporaciones, cada corporación en ciertas áreas del planeta se dedica a una sola cosa. En Houston (ya no tiene el Texas porque en este oren mundial ya no hay estados) está la Corporación de la Energía, una de las más importantes ya que está dedicada solamente a abastecer de energia al mundo. Cada Corporación se rige por una Junta Ejecutiva y son quienes toman todas las desiciones. Incluso si un miembro de la Junta Ejecutiva debe ser despedido o transferido a otros puestos (promoción o democión).
Este orden corporativo rige bajo la total automatización del mundo. No hay libros, gracias a la Corporación de la Información todos los libros han sido capturados electrónicamente y literalmente resumidos para que la gente tenga sólo la información esencial (nada que ver con, no sé, wikipedia), así mismo existe una entidad computarizada que es la que da las respuestas, breves, concisas y editadas, a todas las preguntas (no creo que google pueda ser similar), pero si no tienes dudas es porque las Coproraciones te dan todo, no necesitas nada. No hay desempleo, no hay carestía. Las Juntas Ejecutivas deciden por ti todo.
Cada Corporación tiene un equipo deportivo que practica el único deporte y espectáculo que se transmite en multivisión a todo el mundo: Rollerball. Houston, hogar de la Coporación Energética tiene el mejor equipo de Rollerball en la historia, y lo es gracias a Jonathan E.
Rollerball es un deporte de contacto que se desarrolla en una pista redonda similar a la de ciclismo de unas cncuenta yardas de diámetro. Cada equipo consta de 10 jugadores, tres motociclistas, dos catchers, y cinco patinadores todos con equipo de protección y guantes con spikes; el objetivo es tomar una bola de acero e intentar anotar en un cono magnético introduciendo ahí la bola. El equipo contrario debe detener al jugador, y aunque hay penalidades por golpes y violencia estas penas sólo se otorgan cuando dicha violencia no es para detener al jugador que tiene la bola. Las muertes en los partidos son normales, y no son penadas si suceden bajo las "reglas" del Rollerball.
Rollerball fue creado por las corporaciones para mantener a la gente entretenida, para mantener juegos de guerra (la guerra como tal ya no existe) y sobre todo, para demostrar que el esfuerzo individual es inútil. Sólo es trabajo en equipo puede sacarnos adelante. Las corporaciones no tienen rostro, las juntas ejectivas no son una persona tomando desiciones. Son entidades abstractas, el individuo no existe, Rollerball es igual. Hasta que llega Jonathan E., quien es el mejor jugador en toda la historia del deporte, con el mayor número de anotaciones, heridos y muertes en el juego. Jonathan vivía para el juego, tanto que no prestaba atención a su esposa. Un Eejecutivo se interesó en ella y una junta directiva decidió quitárle la esposa a Jonathan y transferirla al Ejecutivo. Jonathan vive en total estado de duda ¿por qué me quitaron a mi esposa? La corporación le da novias cada seis meses. Dedicado sólo al Rollerball su mundo realmente se termina cuando el Ejecutivo en jefe de la junta directiva de Houston le dice que se tomó la desición de retirarlo. Jonathan comienza a hacer preguntas ¿por qué deciden ahora quitarle lo único que sabe hacer? Jamás llega a la conciencia de que él representa el esfuerzo individual. Así que decide no retirarse y la Corporación decide muy administrativamente que lo más sencillo para resolver el problema es hacerlo que pierda. Publicamente.
Se van modificando las reglas partido a partido, pero Jonathan sólo sabe hacer una cosa. Jugar Rollerball, y gana partido tras partido. Cuando llega la final, se decide que dicho encuentro no tendrá regla alguna, eso significa que se juagará a la muerte. Hasta que el último jugador quede en pie. Jonathan pide ver a su exesposa, y le expone sus dudas ¿por qué la corporación me quita las cosas que quiero? y ella le hace ver que a ella jamás la quiso, nunca estaba con ella, siempre estaba jugando, siendo el mejor. Esto lleva a Jonathan a su única toma de conciencia, él ES el mejor rollerballer del mundo, así que decide morir en lo que más ama. Finalmente la corporación hará que Jonathan pierda y mostrará al público, a trabajadores y consumidores que el esfuerzo individual es futil. No contaban con que el último jugador en pie, sería Jonathan E., quien maltrecho y ensangrentado patina hasta el cono de anotación e introduce la bola de acero dejando el marcador cero a uno, Houston y a todo el estadio, coreando su nombre.

A mí me quedó claro algo. Yo creo que el esfuerzo individual no tiene valor. No en una sociedad corporativa ¡y ya vivimos en una! las desiciones no las tomamos nosotros. La democracia es un juego como el de Rolleball, y los deportes son Rollerball. Sin embargo, Jonathan es el claro ejemplo de esa persona que tiene una serie de características únicas y realmente raras, excepcionales, en primerísimo lugar TALENTO, nadie puede destacar sin un equipo, a menos que tenga el talento sumado de los miembros de un equipo; además de tener la voluntad absoluta de querer desarrollar dicho talento y realizar lo que mejor hace hasta sus últimas consecuencias. Jonathan E. no supo plenamente por qué jugó el último juego de Rollerball, pero tenía una meta: ganar. Porque además ganando demostraba a la junta ejecutiva que podrían quitarle todo. Menos su talento. Somos lo que hacemos, y si tenemos el talento para hacerlo, nadie, nunca, podrá quitarnos el resultado de ese trabajo. Jonathan pudo haber tirado la bola al final y darle la espalda al juego para filosóficamente darles una cachetada con guante blanco y probarle al mundo entero que Rollerball no importaba, que era sólo un espectáculo manipulador. Pero patinó hasta la portería y anotó el punto ganador. Rollerball sí era importante, esencial, para ÉL, porque lo definía.
El esfuerzo individual tendrá ese efecto, es un excelente ejemplo, pero directamente no le sirve a los demás. Es un acto de realización personal. Jonathan ganó el juego supremo de Rollerball, sirvió de ejemplo, pero nada más. El único verdadero ganador, fue únicamente él. Podría escribir aquí que eso es lo importante. Pero desde mi punto de vista, no lo es. Creo que si el mundo es corporativo, debemos entonces de jugar en equipo, no individualmente. El esfuerzo individual es vano, es futil, hay que trabajar juntos. Ah, pero aquí les dejo esta inquisición ¿qué tan "bueno" es vivir en un mundo corporativo? Porque no hay espacio en una sociedad de consumo, corporativizada, para los talentos. Para la realización personal, para el mejor rolleballer de la historia. Para la oportunidad de superarlo.
Irónicamente la sociedad actual maneja los talentos individuales (deportivos claro, pero también "artísticos" y de otros rubros de "éxito") pero principalmente para establecer arquetipos de consumo, no tanto para que busquemos ser el talento. La sociedad actual a diferencia de la que se ve en Rollerball quiere que aspiremos a ser los mejores para admiración y perpetuación del círculo talento-admirador-aspirante, no en primer lugar para la realización personal. Queremos ser Jonathan E. no para ser lo que nacimos para ser. La sociedad corporativa quiere que seas el póster de un producto, el representante de toda una gama de productos y servicios que debes consumir para que aspires (y trabajes en ocasiones) a ser como esos talentos. Piénsenlo dos minutos. Ser el mejor en lo que nacimos para ser sólo sirve a una persona, a nosotros. Todo lo demás es vanidad, o bien, trabajo en equipo. Verdadero trabajo en equipo. Al final no tengo ninguna conclusión, de verdad, no es ni bueno ni malo ser el mejor en lo que nacimos para ser mejores, sólo es adecuado o inadecuado, dependiendo de dónde estés desarrollándote. Es, sin embargo, innegable que vivimos en una sociedad corporativa, de consumo, y que los telentos hoy en día sirven en primer lugar al objetivo del consumo, sin que sea el único objetivo. Tampoco puedo negar que esos talentos son inspiracionales y ejemplo de trabajo que motiva al desarrollo.
Cuál es la intensión de mejorarnos. De ser el último rollerballer en la pista. Lo hacemos por nosotros mismos o porque lo decidieron por nosotros, porque nos dijeron que hay que serlo, porque ganamos algo por serlo, porque gana alguien más algo al serlo... o sencillamente porque eso somos.

1 comentario:

Dark_Jober dijo...

Me ha gustado mucho tu entrada.

De las más completas que he podido leer hasta ahora. Por fin alguien evita hacer un resumen y se moja.

El mejor lugar para leer.

El mejor lugar para leer.
Quien no entre al baño con una buena revista o libro ¿a qué entra?